Real Madrid: ¿Se favorece la falta de deportividad en el club a lo largo de su historia?

El respeto y la deportividad son valores fundamentales en el deporte profesional, sin embargo, hay casos en los que la violencia y las agresiones injustificadas empañan el buen nombre del deporte. Analizaremos cómo la permisividad de las organizaciones deportivas parecen favorecer al Real Madrid en situaciones donde la deportividad brilla por su ausencia, tanto en el pasado como en el presente. Dos casos recientes, uno en fútbol y otro en baloncesto, se suman a episodios anteriores que ponen de manifiesto la necesidad de abordar este problema y establecer sanciones adecuadas.



  • El caso Federico Valverde
Hace un mes, el jugador uruguayo del Real Madrid Federico Valverde espero en el parking a Alex Baena, jugador del Villarreal, para propinarle un puñetazo. A pesar de la gravedad de la situación, Valverde aún no ha sido sancionado. Esta ausencia de castigo hace que los espectadores y los profesionales del deporte se pregunten sobre la equidad en el tratamiento de los jugadores y la falta de consecuencias para aquellos que actúan de manera violenta e irrespetuosa.

  • El caso Guerschon Yabusele
En otro incidente, Guerschon Yabusele, jugador de baloncesto del Real Madrid, agredió a un jugador rival haciéndole una llave de yudo y causándole una lesión. A pesar de la gravedad de la acción, Yabusele fue sancionado con tan solo cinco partidos de suspensión, lo que ha generado indignación al comparar el tiempo que el jugador agredido pueda estar fuera de las canchas con el castigo del agresor.

  • Agresiones del pasado: Pepe y su pisotón a Messi, y las patadas a Casquero
Pepe, defensa del Real Madrid, ha estado involucrado en varios incidentes violentos a lo largo de su carrera. En 2012, pisoteó la mano de Lionel Messi durante un clásico contra el FC Barcelona. En otro episodio en 2009, Pepe propinó patadas injustificadas y sin sentido a Javier Casquero del Getafe, lo cual resultó en una sanción de 10 partidos. Estos casos generaron críticas por la aparente permisividad hacia el Real Madrid.

  • Juanito y su agresión a Matthäus
Otro episodio infame en la historia del Real Madrid ocurrió en 1987, cuando Juanito, uno de los jugadores más emblemáticos del club, agredió a Lothar Matthäus, del Bayern Múnich, durante un encuentro de la Copa de Europa. Juanito pisoteó la cabeza de Matthäus mientras este estaba en el suelo.



La acumulación de casos de agresiones por parte de jugadores del Real Madrid a lo largo de su historia es preocupante y plantea serias dudas sobre la cultura y los valores que prevalecen en el club. Las organizaciones deportivas, en varias ocasiones, han mostrado una permisividad alarmante hacia el Real Madrid cuando se trata de sancionar la falta de deportividad y la violencia en el campo de juego.

Esta actitud indulgente no solo socava la integridad del deporte, sino que también envía un mensaje peligroso a los jugadores y seguidores del club, dando a entender que el Real Madrid disfruta de un trato preferencial y que sus jugadores pueden permitirse actuar con violencia e irrespeto sin enfrentar las consecuencias adecuadas.

Es hora de que las autoridades y las organizaciones deportivas dejen de hacer la vista gorda ante la violencia y la falta de deportividad que, en ocasiones, emanan del Real Madrid. Deben tomar medidas firmes y proporcionales para garantizar que todos los clubes y jugadores sean tratados de manera justa y que las agresiones no queden impunes, independientemente del prestigio o la historia del equipo involucrado.

El Real Madrid también tiene la responsabilidad de reflexionar sobre su propia conducta y asegurar que promueva activamente la deportividad y el respeto entre sus jugadores. El club debe reconocer y abordar las fallas en su cultura y valores que han llevado a que estos incidentes violentos ocurran en repetidas ocasiones. Si el Real Madrid no toma medidas para abordar estos problemas, seguirá siendo visto como un equipo cuyos éxitos están manchados por una cultura de violencia y falta de respeto hacia sus rivales y el deporte en sí.