EL TALENTO NO SE MANCHA



La semana pasada, tras más de 210 minutos de eliminatoria el desenlace entre el Athletic Club y el Sevilla F.C. llego a su final. Dos partidos bien diferentes pero con un gran protagonista, Beñat Etxeberria.

El “Maradona de Igorre" bien querido en la tierra sevillana por los amigos béticos, erro el penalti que a la postre dio el pase al vigente campeón de la competición. Beñat, un jugador de la casa, bizkaino, de la saga de los Aduriz, Iraizoz etc… Que tuvieron que triunfar fuera para hacerse un hueco en la plantilla. Algunos tildaron de caro su fichaje, más aún tras la primera temporada. Mikel Rico se ganó a pulso y con goles la titularidad, Iturraspe dio su mejor versión hasta el momento y que decir de Ander Herrera, llegó a ser internacional y transcendental en la recta final de la temporada.

Muchos le achacaban al bueno de Beñat que no tenía físico, que si le gustaba demasiado el pacharán. El tiempo ha dado la razón a su talento y a su fichaje. Una segunda vuelta muy reseñable de la pasada temporada y esta actual descomunal, han hecho de él un fijo en el esquema de Valverde. Con el rol de guarda espaldas de San José ha crecido muchísimo su protagonismo y por lo tanto el juego del Athetic Club. A muchos nos recuerda a Bittor Alkiza en sus últimas temporadas. Quien paso de ser un jugador de primer cambio a ser un pulmón todo campista.

Afortunados pues, la familia rojiblanca de poder ver jornada tras jornada como director de orquesta al de Igorre. Que sigue creyendo en la Europa League como garante y estandarte de la Gabarra. El fútbol suele devolver lo que debe y la esperanza en Bilbao es lo último que se pierde.

El terreno de juego nunca engaña y Beñat hace que la estima hacia el juego balompédico sea cada día de más catedra. Sin ninguna duda un pilar, un artista más a disfrutar, un talento que nunca manchara su hacer y menos en el corazón de la familia rojiblanca.